Ruido de tenedores, todos
están sentados en la mesa. Arriba las manos esto es un atraco. Carcajadas y
risas se sienten a gusto en su caverna. No quieren averiguar lo que hay ahí
fuera. Lo siento pero tengo que salir de aquí, esto no es para mí. La calle me
murmura algo y surge una conexión hermosa, hablar, callar y escuchar. Ir
enlazando arquitecturas, en amistades que son lugares, geografías estables. Lo conocido
y lo nuevo trazando una continuidad. Hay futuro si con quien eliges estar no te
hace sentirte solo. Entre otras muchas cosas mereció la pena escapar de la
estridencia de cuberterías, dejar de ser invisible y decirle al que hay detrás
del espejo que le quieres conocer mejor.
Saludos y gracias
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