DIAMANTE Y OSCURIDAD



No podía verle, le dijo que cuando estaba muy triste una intensa oscuridad se creaba a su alrededor ocultándolo. No lo entiendo le contestó ella, creía que deseabas que estuviese aquí, a tu lado, contigo. Así es... ¿Por qué estás tan triste?. No quiero que veas mi rostro, me avergüenzo de él, no es normal como el de la gente que anda por la calle, tiene heridas, cicatrices, dolor, no es digno de que sea reflejado. Déjame al menos tocarlo. ¡No eso no! Te quemarías y luego me culparías por ello y no podría perdonármelo. ¿Entonces para qué me has hecho venir?... Para saber si era cierto, si era verdad que si te pedía que vinieses vendrías.

Saludos y gracias

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