Una llamada por teléfono,
viene puntual, te gusta la puntualidad. ¿Traerá caramelos? Eso son los payasos
en las fiestas de cumpleaños, idiota, te dices todo eso y te lo subrayas. Le
dices que pase, te ve vestida y te pregunta si quieres que te desnude él o si
te desnudas tú. Deja de hacer eso, eso de quitarte la ropa que no has venido
para eso. ¿Entonces para qué? Sea lo que sea el precio por hora no cambia. No te
preocupes, no será un problema.
Ponte cómodo, siéntete como si
estuvieses en tu casa, si tienes la suerte de saber lo que significa. Vamos a
la cocina, le indicas, que es para eso por lo que le has llamado.
¿Qué quieres que hagamos en la
cocina? Su entrecejo te recuerda a alguien que una vez te dijo hola en una cola
de un supermercado y tú giraste la cara. Me vas acompañar a cocinar, no se me
da muy bien hacerlo sola, me duele, necesito alguien a mi lado para que me
salgan bien ese tipo de cosas. ¿Qué cosas?. Esas que tienen más importancia de
las que somos conscientes.
Paras el reloj, tranquilo, tú
cuenta tus horas y luego me dices cuanto te debo cuando acabemos, me puedes
mentir o decir la verdad, eso no tiene importancia, será tu decisión, toma este
cuchillo y empieza a quitarle capas a la cebolla y luego trocéala en
trocitos...
- ¿Sabes dar uno de esos
abrazos que quiten la tristeza que una lleva dentro de sí?
Saludos y gracias
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