Hay un antes y un después. Cuando
se precipitó hacia tu abismo, y tú te marchaste abandonándolo al miedo a las
alturas.
Te dibujó en cada espacio público que creía volverte
a ver, predestinado a encajarte en rostros que eran de otras pero creía tuyos y
preguntarles: ¿Si me amabas porque te fuiste?
Hay un antes y un después. Cuando
no podías olvidar y te disfrazaste de la que fuiste y ya no eras, tratando de
volver a redefinir el tiempo.
Querías desnudarle sus ojos y que te mirase de la
misma manera que lo había hecho cuando saltó hacia ti. Entonces te respondió:
Has llegado tarde.
Saludos y gracias
No hay comentarios:
Publicar un comentario