Le recuerda al labio del
desprecio, al cigarrillo que inhala la amargura de la despedida, al coche
abandonado en mitad de la pista de baile. Se prometieron un homenaje, un tápame,
y luego destápame, el lienzo iba a juego con el doctorado que había reclamado
la arquitectura de esos dos cuerpos desnudos polifónicos, formando figuras,
sombras, ilusiones, verdades y un discurso perfecto; la vida puede ser
simplemente eso.
Saludos y gracias
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