No puedes salir. Estás
encerrada. La casa no tiene puertas, solo paredes que van cambiando de color
como el humo que exhalas con tus cambios de humor.
¡Come on Baby! ¡Come on Baby!
Déjame entrar... ¿Acaso no escuchas el
timbre? El ruido de estoy aquí fuera esperando a que me abras, a que salgas o a
que pueda pasar.
¡Again! ¡Again! La misma
canción te retumba, te estremece, te hace temblar... " En el patio del
colegio, egio, hay un charco y no ha llovido, ido, son las lagrimas de .....
porque ... no ha venido". ¿Seriously? De acabar siendo una cucaracha fea y
asquerosa te crees que se trata eso de la mutación, de eso es lo que había que
hablar, ese era el tema, la deriva y la tangente de salida. Respuestas trozos
de papel que arden y son ceniza que caen del cielo.
Please, estoy herido... En el lugar donde más duelen las cosas, estoy
sangrando, ¿por qué no lo quieres ver? Please déjame entrar... "Hay un
charco y no ha llovido porque... no ha venido"
¿Dónde quedo la banda sonora
de los días que deseábamos hablar el idioma de los cafés por la tarde, cogernos
de la mano y pasear por los parques, mirarnos y no sentir miedo, dormirnos cada
uno en los sueños del otro? Ahora el fuego quema como el sentimiento, debería
ser al revés, lo sé, pero no lo es, no lo es...
- ¿Lo ves?
-¿Qué tengo que ver?
- El lago de los cisnes, pero
sin cisnes...
Es un día hermoso, las nubes
se han levantado, los pájaros han hecho pio pio, el sol brilla igual que miles
de estrellas fugaces montadas en un carrusel dando vueltas y vueltas y más vueltas,
una pareja enfrente de un lago observando como un pato nada, riéndose de la
escena, disfrutándola, dejando que pase el tiempo, limpiando impurezas y
preocupaciones, mostrando ternura y amor hacia el mismo pato que luego, no hoy,
quizás no mañana, pero algún día acabarán comiéndose.
- Eso es lo que somos.
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