Creía que ya había aprendido a contar hasta diez
y que había aprendido a mentir con cara de poker
que si sumas una por un lado y otra por el otro
nada encaja, nada es como parece,
todo se vuelve del revés.
Ahora por cuestión de intereses
tengo que volver a andar
lo que podría haber andado
y decidí no andar por un beso de plata.
Romper la baraja por la mitad
tú quédate con esta parte
que yo me mudo sin mirar atrás.
Esta vez ojos de gata
no te subas a mi barco
que no estás invitada.
Esta vez en todo caso
déjame naufragar a mi manera
permíteme borrar cualquier huella tuya.
Ni té del mediodía
ni hierbas de canela por la noche
ni futuro que compartir
lo que hubo fue
lo que habrá jamás será entre tú y yo.
Adiós desde la tristeza
del último recuerdo
desde la nostalgia
del último polvo que jamás tuvimos.
Adiós sin rencores, sin demonios interiores,
y si alguna vez nos cruzamos
salúdame como si nada hubiera pasado.
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