LA FIESTA



Se conocieron en una fiesta de un aniversario, aun no recuerdan muy bien de que era, sí de una persona, sí de un país, o de una planta. Si, creen recordar que la fiesta era en honor a una planta. ¿Cuál? ¿Por qué? No lo saben, o prefieren no acordarse.

La fiesta era en una casa que valdría por cuatro o incluso cinco casas normales, al menos en metraje. Porque tener tenía solo una cocina, como las casas normales, pero que cocina............... seguramente podías meter allí una mesa de billar, y una de pin pon, que tenían espacio más que suficiente. Ninguno de los dos se explicaba que hacían allí, él no llegaba a fin de mes, y ella llegaba para pagar los gastos y poco más. Él fue porque conocía a un amigo que iba y le había insistido tanto que decidió que no valía la pena rechazar la oferta. Ella fue porque quien organizaba la fiesta, la dueña de la casa, era una amiga suya de la infancia. Aunque la vida les había llevado por caminos bastantes diferentes.

Allí todos estaban arreglados, bien puestos, y faroleando sobre esto y aquello. Dotes de la clase alta, estirados, egocéntricos en sus discursos y con la creencia que su sabiduría adquirida a través de Masteres (y no del Universo) que adquisitivamente eran muy pocos los que se podían permitir tales lujos, les otorgaba el don de estar por encima de los demás, y que ellos eran los elegidos para poder cambiar el mundo o dejarlo como estaban, o los únicos aptos para hablar de Ciencia, Literatura, y otros campos propios de sus dotes, y que desgraciadamente como ellos decían habían demasiados parlanchines al respecto que lo único que hacían era empobrecer y menospreciar dichos campos. Lógicamente dichos parlanchines eran aquellos que no tenían ni estudios de nivel superior, ni Masters del Universo. Allí se podía escuchar de todo lo imaginable, y encontrar de todo lo imaginable. ¿Quién decía que los nuevos burgueses o los de siempre, termino bastante adecuado para esta fauna de la población no consumían drogas? Aquello era en si un escaparate de drogas, se podía encontrar de todo tipo, incluso es más parecía un mercado de drogas. En polvo, en pastillas, en hierbas para fumar, en litros de alcohol para ingerir, todo ello acompañado de un buffet exquisito, de los mejores placeres culinarios que se puedan encontrar. Y todo eso en honor de una planta.............. Habría que pararse un instante e imaginar que harían si fuera en nombre de un país o de un ser humano de relevancia.

Las mejores conversaciones comenzaban cuando las drogas empezaban a surgir efecto, sus caras se descomponían, las miradas se desviaban, las palabras se entrecortaban, y los modales se perdían. Parecían auténticos primitivos, seres de circo con sus ropas de alta costura, y parloteando y comportándose de un modo tan trivial y ajeno a todo lo que ellos reverenciaban. Eran una contradicción en si mismos a causa de los efectos de los estimulantes, por llamarlos así. Se creían desinhibidos y en el fondo estaban siendo controlados y modificados por algo que iba más allá de su autocontrol. Aunque hay que reconocer que así eran más divertidos, y no resultaban tan pedantes, y el alter ego que sacaban a relucir era más humano que la fachada que llevaban a diario. Además dejaban de hablar políticamente correcto y pasaban a un lenguaje más mordaz, más directo, más atrevido, sin miedo a las palabras y al que dirán o pensaran. Así podíamos sin más escuchar desde un lenguaje burdo y vulgar lleno de pedos, pipis, cacas y culos, y mamadas por aquí y mamadas por allá. Como una serie de insultos gratuitos sin la menor lógica posible. Todo ello durante más de cuatro horas que fue lo que duro la función, eso sí al día siguiente nadie se acordaría de nada, y si no ya se encargarían de que fuera así, y la reseca sería la penitencia que tendrían que pagar por culpa de sus excesos de la noche anterior.

En todo este ambiente se encontraron ellos, que no pegaban para nada en dicho ecosistema aunque fingieron como pudieron que formaban parte de su tribu y danzas triviales.

Y esa fue la razón que les llevo a acabar encontrándose en una zona de la casa, y conocerse, hablarse, como dos seres de la misma especie necesitados de juntarse y quien sabe si aparearse con tal de hacer fuerza ante tanto depredador y no depredador al acecho.

Si no recordamos mal, empezó hablando él:

¿Has escuchado lo que ha dicho ese paquidermo? Que su clase se encuentra en peligro de extinción porque el ritmo de vida que llevan es altamente peligroso y les produce ataques al corazón.

Como si los pobres no los sufrieran.

¿Tú tampoco llegas a final de mes?

¿Se me nota en la cara?

No, en tu mirada, porque es igual que la mía.

Al menos hay que aprovechar y beberse todo su alcohol, o el que podamos.

Yo de las bebidas de cero de graduación no paso. Así que no seré una gran ayuda en tu conquista.

¿Y que me puedes ofrecer esta noche? Una vez descartas las locuras propias de ingerir grandes cantidades de Ron.

¿Cómo sabías que antes bebía Ron? ¿Nos conocíamos?

Lo decía tu mirada.

Defecto de fabrica, mis ojos no saben mentir.

Así me gusta más, me siento más segura.

Volviendo a las locuras, ¿Quién ha dicho que haga falta que me emborrache para cometer locuras?

Yo no he dicho eso.

Pero lo has insinuado.

Puede ser.

Mejor cometerlas siendo consciente de lo que haces, así al día siguiente no te arrepientes de lo hecho.

Pero yo si que he bebido, está es mi tercera copa.

Pero sé que si continuas conmigo toda la noche no te arrepentirás.

¿Cómo lo sabes?

Porque estoy muy seguro de mí mismo.

No sé como tomarme esa afirmación.

De la mejor manera posible.

¿Qué me propones?

Que te termines la copa y salgamos de este antro, que esto no es para nosotros.

Me parece bien, ¿Y donde vamos?

A mi casa, allí estaremos mejor.

Fueron a casa de él, y allí hablaron, rieron, se conocieron en el margen de posibilidades que hay de conocerse en una noche, hicieron el amor, o mejor dicho practicaron el sexo. Un sexo salvaje, bestial por momentos, otras veces más calmado, más sosegado. Y al día siguiente se sintieron tan a gusto el uno con el otro, más el añadido de falta de responsabilidades que ambos tenían durante las próximas 24 horas que se quedaron compartiendo casi un día entero desnudos en la cama haciendo todo tipo de juegos sexuales de los que eran conocidos por parte de ambos y donde la imaginación les permitía llegar. Luego ella se tuvo que marchar, se dieron el número de teléfono pero no se sabe muy bien porque no se volvieron a llamar, y eso que podemos dar fe que ambos disfrutaron aquella noche como hacía mucho tiempo que no disfrutaban. Pero el amor a veces tiene jeroglíficos que son imposibles de descifrar, y aunque él estaba echo para ella, y ella hecha para él, aun no se habían o querido dar cuenta. Hasta que tres meses después por caprichos del amor o del destino se volvieron a encontrar. Pero eso es otra historia, que algún día quizás desvelare.

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