UN SIMPLE ERROR EN UN DÍA CUALQUIERA

Esta ahí y lo descubres, no eres tan bueno como te crees. Y entonces te das cuenta de tu error, y quieres volver hacia atrás, y cambiarlo, cambiarlo todo. ¿Por qué me tuvo que pasar a mí? Y sabes que esa no es la pregunta adecuada. Es otra, pero no te la quieres hacer. Y ensayas delante de un espejo el hubiera sido si.................. no hubiera............. tercera condicional. ¿Y para que me sirve la tercera condicional ahora mismo?

No puedes pensar en otra cosa, no puedes quitártelo de la cabeza. Y eso que tenías pensado escribir sobre otras cosas más alegres, más interesantes, sobre el fin de semana, sobre ella, y el día hasta ese momento había sido estupendo, y aunque te digan que no te preocupes, que no le des importancia, que seguro que lo solucionas, uno no puede dejar de pensar en ello. Entras en bronca, y te jode estar solo en este momento. ¿Dónde está tu abrazo cuando hace falta? No, hoy no tengo fuerzas para enfrentarme a los malditos demonios, otra vez no, por favor. Y sabes que quizás estas líneas casi obligadas, escurridizas irán directamente a la cara B, porque sería demasiada dosis de realidad ponerlo en el original, en el blog principal. Quieres que se te vaya de tu cabeza, por eso acudes a lo único que te queda, a lo único que siempre está cuando giras la esquina y las cosas se tuercen sin ningún motivo, las palabras, y lo único en lo cual nunca te sientes engañado, y en lo único que te sientes bueno y sabes que aquí aunque cometas errores no es lo mismo, porque cada vez estás más seguro que esté es tu sitio, tu mundo, no ahí fuera. No quieres volver, la realidad te espanta. Prefieres este mundo donde tú eres el dueño de tus éxitos y de tus fracasos.

Ideas, nuevos proyectos, nuevas historias, que se habían ido puliendo en estas últimas veinticuatro horas y de las cuales te sentías orgulloso, y las cuales estabas deseando exponerlas, ponerles palabras, darles vida, y ahora desaparecieron de tu memoria, lo único que te queda esperar es que no se hayan borrado para siempre. Mientras que poco a poco vas sintiendo más frío, y algo se asoma en tus ojos, y no quieres darle importancia, aunque recorra tu mejilla y moje tus labios. Te das cuenta que esta vez no basta solo con las palabras para saciar esta culpabilidad que te quema por dentro, y te jode más que nunca ser tan autoexigente que te entran ganas de cambiarte en la tienda más próxima aunque no sea al mejor postor. Esta vez te gustaría acurrucarte a ella, y perderte en sus abrazos, porque sabes que hoy no podrías................ y pasarte allí toda la noche, y levantarte mañana pensando que será un gran día, y que tendrás su beso de buenos días para desearte suerte. Entonces te preguntas porque no le has escrito ningún mensaje, porque te quedas esperando cuando tienes tantas ganas de saber de ella y que tal le ha ido el día y como está, porque haces caso al maldito orgullo, y no encuentras respuestas y te quedas con el miedo de que tus pensamientos te jueguen una mala pasada una vez más.

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