ESCUCHANDO LA LEY INNATA: SEGUNDO MOVIMIENTO

Ahora que no sé nada de ti desde hace tantas horas, que no sé si finalmente tus dudas te jugaran una mala pasada y no volverás a mí.

El corazón, ese órgano tan necesario para equivocarse en la vida, se encuentra desesperado, angustiado, triste y sin saber muy bien a que ritmo latir.

Me digo a mí mismo, puedo seguir torturándome, yo mismo, la sala de espera o este mundo que a veces me agarra por las pelotas cuando menos te lo esperas, o asomarme al punto más alto de esta ciudad y gritar toda la mierda que llevo dentro mientras escucho el segundo movimiento.

Lo que tenemos en común el segundo movimiento y yo, es que su poesía cuando la escucho corre por mis venas y la siento tan cercana que en cierta manera es como si me arañara el alma.

Como un perro rabioso, enfurecido porque no ha comido durante más de tres días y solo ha recibido rechazos y palos de ciego. Igual que un gato solitario maullando su destierro.

Solo quiero llamarte e invitarte a que vengas a escuchar el segundo movimiento conmigo, para que entiendas como me siento, lo difícil que es soportar este silencio que se clava como estacas, como puñaladas traperas, como guillotinas que me roban la razón.

Ya no tengo ni ganas de salir afuera y perderme por las barras de bar más cercanas, a solas o junto a otras almas solitarias, como lobos esteparios que tan solo aullamos a la luna para que nos regale un trozo de ella, para dársela a la persona que más nos importa. En mi caso eres tú, por si tenías algún tipo de dudas.

Cierro en líneas lo que siento, dejo que el papel hable por mí, porque las palabras no quieren salir emitiendo sonidos. Si en algún momento, en alguna constelación, alguna vez fui un Dragón, quemaría con mi aliento todo lo que se pusiera por mi camino con tal de volver a dar contigo, y si hiciera falta sin dudarlo te raptaría, y no te preocupes para ti te tengo guardado el tesoro más hermoso que jamás te hayas imaginado.

Hago crucigramas en mi cabeza tratando de averiguar porque el mundo a veces me pone las cosas tan difíciles, que fue lo que hice mal para que de repente te surgieran esas malditas dudas que nos separan en vez de unirnos, y que puedo hacer aparte de esperar para que vuelvas a mí, o me pidas que acuda a ti.

Quizás si escucharás el segundo movimiento entenderías como yo que lo mejor que nos puede pasar, el mejor camino que nos aguarda en ese lugar llamado destino, es aquel donde volvamos a reencontrarnos y a estar juntos.




No hay comentarios:

Publicar un comentario