Te sostengo en la imaginación,
es uno de Mayo, no es necesario madrugar, sales de casa después de tu café con
leche y magdalenas, ha salido el sol en la luna, eso puede ser un buen
comienzo, miras el reloj, y decides salir a dar un paseo sin ningún lugar en
concreto, te gusta ver que hay gente en la calle que todavía cree en algo y sus
derechos, les acompañas un trozo, siempre te gusto el ambiente festivo de las
timbaladas, es una percusión que dan ganas de vivir, de sentirse una valiente,
te encuentras con algunos viejos compañeros de la universidad, compartís viejos
recuerdos mientras la masa avanza, y habláis del futuro expresando los deseos
en condicional. Les prometes que hoy no puede ser la cerveza, pero que te
pondrás en contacto y que queda pendiente. Te notan triste, pero no se atreven
a preguntarte que te pasa, y vuelves a casa, porque luego tienes una cita.
Ha llegado diez minutos tarde
como siempre, las excusas habituales, lo siento cariño te dice, y tú le
respondes que no pasa nada, que no hace falta que se justifique. Os sentáis en
el sofá y le preguntas que quieres que hagáis, y él te dice que tenéis que
hablar primero, que hay algo importante que tiene que decirte. Que no es por
ti, que tiene que aclarar sus dudas, que habéis pasado muy buen tiempo juntos,
pero que lo mejor es terminar esta relación, que no le ve futuro, y tú tan solo
lo escuchas, callas, fumas, y tan solo le preguntas, si está siendo totalmente
sincero contigo, o si hay algo más, y te responde, cariño si de algo puedes
estar segura es que jamás te mentiría. Le dices que se vaya, que necesitas
estar sola, cierras la puerta y sabes que nunca más tendrás ganas de verlo,
porque lo que él no sabe, es que hace unos días le viste dando los mismos besos
que a ti te daba a otra.
Te sostengo en la imaginación,
y me gustaría pararte por la calle e invitarte a tomar un café, aunque me
miraras con cara extrañada y me dijeras no suelo hablar con desconocidos, y
además no es un buen momento, y yo te diría lo sé, pero solo quería explicarte
que aunque ahora mismo te cueste creerlo, no todos somos iguales, no todos
escondemos mentiras detrás de las palabras, y aunque sé que ahora será difícil para
ti oír lo que voy a decir, no dejes que esta herida apague lo que en una vez
creíste, la ilusión con la que te levantabas todas las mañanas, los lugares que
imaginaste que podrías llegar a alcanzar, además aunque te parezca una
tontería, hoy han dicho algunos que viven de encontrar respuestas en las
estrellas, en otros planetas, que el sol ha salido en la luna, yo no sé tú,
pero eso creo que debe de ser algo bueno. Y pones una sonrisa, es un principio.
Saludos y gracias
Precioso relato. Me gusta mucho esa mujer que se perfila en tus intimistas, vencida pero no derrotada;))
ResponderEliminarUn abrazo