Sabes cuándo se lleva viviendo
tanto tiempo fuera de tu país, hasta un supermercado se acaba echando de menos,
olores, colores, y la chica que me ofrece probar una caipiriña y le digo no
gracias, pero si quieres cuando termines de trabajar y no tienes nada que hacer
te puedo invitar a una película que voy a ver. ¿Sobre qué es?. Unos tíos de
otro planeta que deciden venir de vacaciones al nuestro. ¿Qué son los malos?.
Espero que no, porque no creo que pueda existir nada peor de lo que tenemos ahora
en los hemiciclos del poder.
Salimos del cine, y me dices
si pudiera viajar algún otro planeta, viajaría al nuestro pero en un futuro muy
lejano, porque seguro que será mejor que lo que tenemos ahora. Y girando a la
izquierda, te sugiero que ahora si me tomaría esa caipiriña, sabes de algún
lugar donde lo hagan bueno, y me dices que si soy un chico valiente no tendré
reparos en saltarme unos cuantos pasos e ir a su casa. Me parece bien, tú anda
que yo te sigo.
En su casa antes de
desnudarnos, nos disfrazamos de piratas, con parche en el ojo, botella de caipiriña
en mano, y nos imaginamos abordando a los grandes galeones que representan a
las grandes potencias que buscan alimentar su ego colonizando países
independientes e indefensos, y como para joderles un rato saqueamos grandes
ciudades como Londres, New York, la estatua de la libertad ya está libre, y
mientras las agujas del Big Ben comienzan a girar al revés, nos olvidamos de alta mar, nos quitamos la ropa y vamos a su cama a practicar el sexo como
dos buenos marineros dispuestos a disfrutar del botín.
Al subir mis dedos como si
fueran una hormiguita por su nalga derecha, me comenta, no tienes porque irte
esta noche te puedes quedar si te apetece. No tenía pensado irme a ninguna
parte. Pues todavía me queda más caipiriña para mañana, si quieres… Me
encantaría repetirlo una y otra vez, pero de verdad, tengo que irme a otro
país, tengo un vuelo que coger. ¿Qué país es ese que no te permite disfrutar de
unas cuantas copas de caipiriña de más?. Ninguna parte. Ese país no existe. Sí,
sí a dónde vas no hay nadie esperándote. Y entonces qué es lo que te impide
quedarte aquí. La verdad que esta vez no sé por dónde voy a empezar a hacer la
maleta…
Saludos y gracias
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