PAUSA

Te sugiero hacer una pausa, una cirugía de todas las heridas que abrimos, de los silencios incómodos, los rencores inútiles que se quedaron en la nevera, igual que el brik de leche medio vacío que utilizábamos para manchar el café,  y como sorteábamos las peleas, yo con un portazo y un ya volveré, tú fumando callada en el balcón, e intentando entender porque nunca, nunca era capaz de recordarme en regar las plantas que se marchitaban por culpa del olvido.

Te sugiero hacer una pausa, para que no alcancemos el odio, las noches frías que tú te ibas a la cama, y yo descuida sabía que a mí me tocaba dormir en el sofá, o cuando me encerraba en la habitación de invitados sumergido en el ordenador, y ya, ya no venias a decirme te vienes a ver una película, allí quedaba esa vieja silla, que cada vez se sentía más perdida, que fue de aquellos viejos tiempos en los que yo me sentaba sobre ella, tú a horcajadas encima mío, nos desnudábamos lentamente, y hacíamos el amor, sin importarnos el ruido de guerras y batallas que montaban la pareja del piso de al lado, y como nos decíamos que nosotros nunca acabaríamos igual.

Te sugiero hacer una pausa, aunque ello signifique que tenga que hacer la maleta, prepararme para una despedida vacía de calor, recoger todos los recuerdos que dejamos en aquel piso donde todo comenzó, y pensábamos que era el inicio de un lugar mejor para nosotros dos, compartíamos discos compactos, DVDS, viejos chismes que aunque quizás no tuvieran ninguna utilidad, nos gustaba que estuvieran por ahí tapando espacios, rellenando huecos, las coartadas perfectas para evadirnos de compromisos y responsabilidades para pasar tiempo juntos, y retirarnos luego a dormir, abrazándonos debajo de las sabanas, porque entonces pensábamos que eso que teníamos lo queríamos para siempre.

Saludos y gracias