EL GALEÓN EN MINIATURA


Sabes, me he vuelto a engañar, y has visto como con una cuerda aprietan muy fuerte la garganta que nos permite respirar, mientras me he dedicado a cometer los mismos errores que prometí no volver hacer, al día siguiente ahí estaban como lagrimas negras tatuadas por todo mi cuerpo, el rastro amargo de beber más de la cuenta para olvidar que no te encontraré si sigo buscándote por ese camino lleno de cristales rotos.

Y acabar perdiendo lo que somos, lo único que nos queda, ya ves, volvió a cobrar sentido esa frase que te dije en su día, los fantasmas tan solo existen si crees en ellos. Ahora me gustaría imaginarme que el sábado por la noche no tenías ningún plan interesante y decidiste dedicarlo a hacer la colada, es tan sano limpiar la ropa sucia, y levantarse por la mañana y sentirnos limpios con nosotros mismos. Desde ayer tengo la amarga sensación que olvide como se hacía.

 Aunque se pueda pensar que la tierra se está abriendo debajo de nuestros pies, y andamos bastante jodidos porque la próxima vez no sabremos donde será seguro pisar, me fui al rastro como el que va a algún lugar por culpa de un impulso difícil de explicar, y allí aparte de ver unos cuantos revólveres dispuestos a jugar a la ruleta rusa con aquellos que ya hayan entrado en estado de pánico, di con un viejo galeón en miniatura, regateé lo que no quería perder  y me lo acabaron envolviendo en papel de periódico.

Ahora se encuentra en la estantería del salón, al lado de los libros de aventuras que me dejó como legado mi abuelo, y películas de piratas donde tiempo más tarde descubres que ellos no eran los malos, igual que ocurre con los Indios Apaches. Estamos en esos tiempos, donde llegan los días de aguacero para avisarnos que  si no hacemos nada para cambiarlo cada vez apretarán más fuerte con la cuerda, y el abismo bajo nuestros pies se hará más grande, ya sabes, cómo me contaste que decía tu abuela, no te asomes por la ventana que afuera hay leones.

Son esos días de relámpagos, truenos y tornados, cuando me imagino navegando contra corriente la versión verdadera del galeón, y a la mañana siguiente, cuando la tormenta haya pasado, a lo lejos gaviotas señalando el camino a una nueva tierra, a un lugar mucho mejor, y te prometo que si te vienes conmigo no te subirás encima de ningún barco fantasma.

Saludos y gracias




No hay comentarios:

Publicar un comentario