Te vas, y qué haré ahora, no
me pidas que ponga esa sonrisa tan horrible que posaba en las fotos que
pretendías para los crismas que mandaríamos juntos en navidades, las palomas que
espantábamos cuando corríamos por la vieja plaza de la ciudad, los gritos en el
asfalto porque ahí seguían los hombres de negro pidiendo explicaciones, los amaneceres
que aplazábamos la facultad porque te gustaba ver cómo me inventaba versos inútiles
en servilletas de papel usadas, los días que decidíamos hacer huelga general, los
otoños que recogíamos medusas en el mar.
Te vas, y se corre el mañana
tan deprisa que me entra vértigo, y quiero apagar el cigarro para comprobar inútilmente
si estarás ahí para cuando me encienda el próximo, si cuando haga lasaña y
ponga dos platos tú me pedirás un poco más, si al acostarme me preguntarás si
me he lavado los dientes para darte el beso de buenas noches, si cuando me
afeite no echarás de menos pincharte para mencionarme por qué te la quitaste,
si cuando esté a punto de venderme a los malditos tú me recuerdes que valgo
mucho más que lo que ellos pagarían por mí.
Te vas, y quiero pensar que
cuando abra la puerta al cartero me llegará una carta diciéndome que estás de
vuelta, a lo mejor no me llegue a tiempo o jamás la reciba, pero estaré ahí
esperando antes de que se agote este horizonte.
Saludos y gracias
Despedida nostálgica, si llega la carta cuéntanos...
ResponderEliminarUn abrazo
Por supuesto, será un buen motivo volver aquí e inventar lo que nos dice esa carta, si llega...
EliminarUn abrazo
Tienes el poder, el don, de transmitir lo que sientes. Quizás sea por lo que te comenté de las comas, escribes de un tirón y eso lo otorga una pasión al texto, una vehemencia que desasosiega, que hace tragar saliva. Muy bien, socio, me encanta. Y espero que recibas una carta, aunque sea llena de lágrimas, al menos sabrás que ella está bien y que echa de menos decirte que le laves los dientes antes de ese beso de buenas noches.
ResponderEliminarUn abrazo. Disculpa la falta de comentarios, es que estoy trabajando muchísimo y casi no tengo tiempo libre. Pero los leo en cuanto pueda.
La verdad que me agrada saber cuando alguien que lee algo de lo que escribo le despierto sentimientos o empatiza con los que transmite el texto, no sé es como que te hace sentirte bien con lo que has hecho.
EliminarTranquila, que yo soy un desastre con eso de contestar y escribir comentarios, la mayoría de veces tardo más de lo que me gustaría en responder, o no me da tiempo a comentar todo lo que me gustaría en otros blogs.
Un abrazo
Muy bueno, como siempre. Pronto ya no esperará al cartero, quizá incluso le mande una carta a otra. Necesitamos sobrevivir...
ResponderEliminarEs cierto necesitamos sobrevivir, por eso a veces es altamente recomendable no dejar que nuestra existencia dependa de otra persona.
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