Enmudecen tus ojos de niña triste,
y hasta las copas que bañábamos de vino se arrinconan al final del armario,
bajo la tiranía que se sufre cuando ya no se acuerdan de uno, aunque hubieron
esos momentos, que siempre había algo por lo que celebrar, se agota el tiempo
por exceso de monotonía, y cuando llegas a casa luchas bajo el agua caliente
contra ese maldito olor que te ha dejado la maldita fabrica, aunque nunca te lo
digo, te oigo llorar y rendirte sobre los patitos amarillos que cubren el suelo
de la bañera, muerta de miedo, y por eso continuo construyendo este
calidoscopio tan particular, para enseñarte a través de él un mundo mejor, y
cuando sales me dices, no sé porque acabaste conmigo, sabías que mis ojos
tristes tan solo traerían historias tristes, y te contesto me has dado dos
cosas que ninguna persona debería rechazar de otra, sentirme libre a tu lado, y
confianza.
Saludos y gracias
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