EL ICEBERG



Saltaría tan lejos, hasta llegar donde estuvieras, rompería las reglas del maldito azar, siempre buscando en este maldito pañuelo que vivimos, se acelera el tiempo, la lógica de lo que deberíamos haber sido, y el gran error quedándonos viviendo en la tercera condicional, agujeros en la transversal de lo que creemos que es el Carpe Diem, y todo se hace añicos, maldita sea, volvemos a quedarnos en blanco, volver a empezar, todo se hace demasiado largo, no queda tiempo, y prefieres agarrarte a tus fantasmas, tener el Iceberg enfrente e ir directamente contra él, hacer del momento espejos que se rompen, claudicar a tus diablos como si se tratase de una servidumbre.

Saludos y gracias  

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