TRAFICANDO CON PEQUEÑOS DETALLES



Hay señales que nos llevan a rastrear un cabello suave, recién lavado, el hechizo que hay detrás de una mirada que simplemente te rescata de los últimos sorbos de tristeza que tomaste. De entrar poco a poco con un juego de palabras en un allanamiento de morada, y sentir ese silbido de la puerta al abrirse y darte la bienvenida. Saliendo así de ese caos que nunca quisiste estar metido pero no lo pudiste evitar. La mano con las uñas pintadas de colores que se posa sobre tu barba buscando el camino a un beso ocasional. El acertijo que se propone en ese primer botón de la camisa desabrochada sin nada de pantalones, ni faldas, de cintura para abajo. Leer en un masaje de sus pies como será el futuro más próximo a su lado, cuando con un gesto te invita a entrar dentro de uno de esos cuentos con finales felices, que nos contaban de pequeños y nos gustaba creer que podían ser realidad.

Saludos y gracias

1 comentario:

  1. Siempre preferí los cuentos con finales tristes, quizá porque me gustaba creer que no podían ser realidad...

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