SOBRE SUPERPODERES I



Lo primero que hizo al levantarse aquella mañana fue mirarse en el espejo, e inspeccionarse de arriba abajo, como si necesitara urgentemente buscar alguna diferencia, no siete como aquel viejo juego que amenizaba las mañanas de domingo, sino con una le bastaba, pero no dio con nada parecido a ello. Se preguntó muy seriamente si él había creado o inventado el viento, sabía la respuesta, era una estupidez haberse parado en ello.

Primero intento algo fácil, trasladarse desde su cuarto hasta el salón, hasta la cocina, hasta las diferentes estancias de la casa, cerraba los ojos y hacía el cambió, al principio no salía como él quería, y tenía pequeños accidentes, caía encima de esto, se chocaba contra aquello, maldecía a su nuevo don, maldecía a dioses que inventaba, y se decía no hay nada más fácil en este mundo que inventar dioses y escribir libros sobre ellos, la puta gallina de los huevos de oro.

Después según se iba adaptando y corrigiendo los hándicaps de su nuevo don, se dijo que había que subir a mayores, había que probar afuera en la calle, con los consabidos riesgos que aquello podía aportar, y se animaba así mismo si un superpoder dicen que requiere una mayor responsabilidad, también debe de requerir un plus de valentía, no creo que se le otorgue a los cobardes tal don para que sigan siéndolo.

Allí fue, tuvo sus sustos, su pequeña aportación al caos, con algún que otro frenazo en seco de algún coche, una moto que tumbo pero sin que pasara nada grave, y por suerte nada fue a mayores, una vez superado estos trámites, y adquirido destreza en su nuevo don, se sintió como si él hubiera sido el arquitecto, el gran diseñador de aquella ciudad, que la veía como una maqueta echada sobre el suelo de madera de su salón y que se podía desplazar a cualquier punto en un cerrar y abrir de ojos.

Una vez superado este paso, adquirida la confianza y el aumento de ego que ofrece el tener entre manos un don de tal calibre y manejarlo a su antojo, era ahora el mundo el que estaba bajo sus pies, podía ir a cualquier punto del planeta en un grito de ya, no tenía ningún tipo de problemas con el jet lag, así fue como vio por primera vez las pirámides de Egipto, la isla de Madagascar que siempre le había llamado la atención, y todos aquellos lugares que escondía el mundo y que solo alcanzaba a ver a través de imágenes de internet.

Pero después de dos semanas confeccionando planes y proyectos que cambiarían su vida para siempre, sintiéndose como un niño pequeño con un nuevo juguete entre las manos y disfrutando de ello, se dio cuenta que necesitaba compartir aquel don con alguien, y sabía quién sería la persona elegida, ella se había ido hacía unos meses por temas de trabajo a vivir a otro continente, mantenían el contacto de vez en cuando por las redes sociales, y tenían ganas de que terminara ese año para volverse a ver.

Se puso su mejor traje, cogió prestado unas gotas del mejor perfume que había en una perfumería de París, lo tenía todo planificado, donde llevarla, que lugares mostrarle, la cita perfecta se decía estaba en sus manos, solo tenía que cerrar los ojos y en un momento estaría allí con ella, lo que no se esperaba, ni en la peor de sus pesadillas había pasado por su cabeza, era encontrársela desnuda en la cama y a horcajadas encima de otro hombre follando como animales en celo.

Saludos y gracias   

1 comentario:

  1. Mi papa decía siempre que vayas a la casa de alguien, avisa
    Tener esos superpoderes es una desventaja.
    Como dice I espero el siguiente
    Abrazo

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