No me cojeras el teléfono aunque
te llame a altas horas de la madrugada, y borracha me respondas con el ruido
del pub de fondo, no quiero hablar contigo, me estás oyendo bien, no quiero que
me vuelvas a molestar.
A la mañana siguiente solo tú
lo sabrás, te sentirás culpable y mal por culpa de la resaca, porque sabes que
me dijiste lo que él quería escuchar, y tendrás cuidado de no tener ningún
mensaje mío en tu móvil o en tu bandeja de entrada de Facebook porque él lo
requisará, para comprobar si hay algún movimiento por tu parte, intentando
salir de su dictadura mental y artificial, luego te levantarás sin ganas de la
cama con legañas en los ojos y unas horribles ganas de vomitar.
Fingirás que te preocupas por
él, te mentiras creyendo que estás enamorada, y probarás a ver si hay alguna
señal de mi parte que entre por el hueco que has dejado abierto en la ventana,
a pesar de que me volverás a decir que no a quedar a solas, una cerveza nunca
hizo daño a nadie, querrás romper las barreras de esa maldita dictadura que
provoca que no puedas llegar a hacer lo que te gustaría, y marcarás una fecha en
el calendario en rojo, donde te prometes ese día acabaré con estos bloques que
no me permiten salir a bailar con quien me dé la gana, llorarás en tu propia
soledad las agujas que te hacen chillar en silencio, querrás escapar de esa
dictadura militar.
Y te preguntarás sin hacérmelo
saber si seré capaz de aguantar, de esperar hasta el día que me puedas decir
que sí, aparezcas sin maquillaje, al natural siempre se está más guapa, con esa
sonrisa que rebobina el mundo hasta el punto inicial donde todo podría ser
mucho mejor de lo que es, a partir de entonces cuando te vuelva a llamar a
altas horas de la madrugada, me lo cojeras, y me dirás que no vuelva a tardar
tanto en llamar que me estabas esperando, al fin te sentirás libre.
Saludos y gracias
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