Te encontré y me dijiste que
venias del pasado, yo te pregunté por maquinas del tiempo y tú me respondiste
que no me conocías todavía lo suficiente para hablar de ello, me mostraste la
palma de tu mano y en ese momento no lo supe, pero me estabas ofreciendo el
futuro, el mejor regalo que nunca me habían hecho hasta entonces, subimos
encima de los tejados y gritamos tan alto que despertamos el ruido de cacerolas
contra los monstruos que jodían la función interrumpiendo el arte por números y
macroeconomía que no llevaba a ninguna parte, nos poníamos los cascos de superhéroes
que habíamos robado de una tienda de comics y hacíamos según ellos el mal,
porque apagábamos su sistema, lo desconectábamos de la red eléctrica creando el
caos, nos sentíamos superiores porque nos hacía sentir bien pinchar sus burbujas haciéndoles mudar de
planeta, su eco ya no dañaba a las plantas, ahora eran ellos los que entraban
dentro de su pesadilla mental, liberando todo lo que se habían tragado con sus
ansias canibalescas, energía que despertaba y atraía aquello que creíamos haber
perdido, material nuevo para transformarlo todo como habíamos imaginado, se
volvía a respirar, y entonces me pediste si te quería acompañar al pasado para
crear una nueva revolución para que tuviera éxito el futuro que acabamos de
generar.
Saludos y gracias
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