Lo sé tú lo dijiste y nunca te
lo negare, lo dejaste muy claro, y hasta te hubieras merecido un Nobel de la Paz
por ello, la felicidad la encuentras en las historias de amor, y la tristeza en
las historias tristes de amor, hagamos con ello un coito a lo redundante, lo
sé, lo sé, como gato pardo que se pierde por las noches, y vacía los barriles
de garrafón de todos los bares que se encuentra por medio, porque no sé si te
diste cuenta, yo escribí el guión de esas historias que te hacen feliz, pero en
ninguna de ellas me quisieron dar el papel del personaje principal, como mucho
me dijeron chaval ven a la hora del almuerzo y revisa el guión para asegurarnos
que esto no acaba mal, y cuando me vieron con cara de perro apaleado, me
dijeron no te pongas así que si quiero también puedo tener el papel del
apuntador de vuestra felicidad.
Tal vez por ello, en los
lugares turbios de mi mente, me replanteo que si fuese vampiro, aunque sé que
quizás más de un político que en los últimos años ha ganado el premio Nobel de
la Paz y su panda de macarras de la moral considerasen que mereciese Guantánamo
por ello, ese infierno tan asquerosamente particular que crearon en esa isla
que tú crees que puede ser como el paraíso, un buen lugar para retirarse, y retomando
el hilo de lo que decía, es decir volviendo a ese mundo de tinieblas con
hombres lobo como disfraz par y maquillaje que palidece la piel como disfraz
impar, la primera noche que viera que estuvieses distraída viendo ovnis pasando
por el cielo negro de la noche, te delinquiría con mis colmillos para hacerte
mía para siempre, a ver entonces que tendría que objetar ahora él que me deja
fuera del papel principal de tus historias de amor.
Saludos y gracias
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