Mis manos, despacio, como a ti
te gusta, van haciendo trenzas mientras recorren tu cuerpo, trepan sin miedo a
la caída, se está tan a gustito teniéndote a quemarropa, que no me importa para
nada perderme por alguna de tus curvas, y lo cierto es que no busco ningún
desvió, sino más bien echarte de menos incluso cuando te dejas llevar y tus
curvas me ofrecen el camino a tus caderas, hasta la altura de tus pechos,
acercarme a tu boca y que vuelvas a gravar en mi memoria lo que portas dentro
de ti, provocar vaho en los cristales del coche, y saber que la curva más cercana
al paraíso me la señalas cogiendo mi mano acercándola a ese lugar que se
encuentra entre tus muslos.
Saludos y gracias
No hay comentarios:
Publicar un comentario