EL LANCE



El lance era entre dos, de eso no había dudas, lo habíamos hablado antes de que nuestros cuerpos se encontrasen desnudos y a distancia de quemarropa, pactar con el sexo. Callar con nuestros labios nuestros diablos, si se podía osar tal afrenta, estábamos dispuestos al menos a intentarlo, no resultaría fácil, y no tendría por qué serlo. Pensaba, demasiadas heridas marcaban tu cuerpo hermoso, y el mío también tenía las suyas, la noche pesaba menos en ese momento, cuando comenzaste a masturbarme con la boca, y al fin, al fin, tenía la mente en blanco.

Saludos y gracias

1 comentario:

  1. Siempre hay que intentarlo, el "no" ya lo tenemos, el "si" puede venir tras el intento.
    Muchos besos!

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