Todo me recuerda a ti, la
espalda mojada en el perfil que guarda esa mampara, las faldas al aire y esas
piernas flacas blancas que no suelen ver el sol, la lentitud de esa sonrisa que
dice más de lo que puede poner en palabras, y escuchar de nuevo, ese ¿Qué?,
traducido a otros idiomas, y todo rebota como el eco en mis paredes que
sabotean tus recuerdos.
Todo me recuerda a ti, creo
que ya seguí este esquema en otros escritos, tal vez incluso utilice el mismo
título, no lo recuerdo bien, últimamente la memoria me falla, demasiadas
sombras en la cabeza, y todas concluyendo en ti, en esos dedos finos dudando si
subirse encima de los míos, y trazar caminos, corresponderse en un suspiro y
algo más que no solo estaba en tus labios, sino en la pureza de ese beso.
Todo me recuerda a ti, incluso
las gotas que manchan las ventanas, las primeras notas de esa canción que no
acaba de arrancar, se engancha y hay que volver a recargar, tal vez la melena
corta donde volatizaba mis dedos atravesando tu cabello que luego guardaba con
mi mano en tu nuca, y nos quedábamos a un paso del infinito en esa corta
distancia que se encontraban nuestros vahos haciendo zig zags.
Todo me recuerda a ti, y a la
vez que resulta triste, como un silencio que no quiere callarse, también quiere
salir junto a los molinos de viento y los aviones de papel que hacíamos
mientras construíamos nuestros pequeños momentos, y todo, todo, volaba y nunca
se caía, planeaba sin necesitar un empujón de más, algo así como las estrellas que
sabíamos que aunque tomaran direcciones diferentes al final acabarían juntándose
una vez más, una vez más…
Saludos y gracias
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