Cariño, no quiero que te lo
cuenten otros, quiero ser yo quien te lo diga, pero la ciudad se está
derrumbando, el paisaje es desolador, y tú hace tiempo que tardas y comienzo a
estar preocupado, ya sabes que no soy muy de creer en eso de las oportunidades
porque como te dije una vez me las robaron todas, y quienes lo hicieron
salieron corriendo tan rápido que no me dio tiempo a alcanzarlos.
Cariño, no quiero ponerme
pesado pero tu móvil no tiene batería, y aquí llego la recesión, el cierre de
las fabricas, se cayó definitivamente ese gigante de hierro que nos vendía
mentiras envueltas en papel de celofán y diferentes colorines, hay que salir de
aquí, pero no quiero hacerlo solo, te estoy esperando y me preocupo porque no
vienes y no sé si ir a buscarte es una buena opción por si nos cruzamos, ya
sabes que a veces creo que el azar es terriblemente caprichoso.
Cariño, no quiero que llegue
la primera nevada y todavía no hayas aparecido, porque afuera hará demasiado
frío para estar sola, ¿quién te abrazará para darte el calor suficiente para
que sigas soñando y continúes en pie si no soy yo?, que ahora mismo hay
demasiados peligros afuera, las hienas rugen y sus ojos en la noche pueden
llegar a asustar, y yo quiero protegerte pero solo puedo hacerlo si vienes
aquí, ven aquí que como ya te dije y sabes la ciudad se está derrumbando y
antes de que aprieten el gatillo y bajen el telón quiero ver tus ojos una vez
más.
Saludos y gracias
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