Dibujó dos tetas y descubrió
que lo que había dibujado era el firmamento, con sus estrellas, sus astros y su
bóveda celeste, esa línea ficticia donde una vez se traspasa cruzamos la
frontera que nos lleva al lugar donde se pueden no solo encontrar respuestas a
todas esas preguntas existenciales que lleva siglos haciéndose la humanidad si
no a trazar imposibles como posibles.
Pero se dio cuenta que el
cosmos y la galaxia que a él realmente le importaba estaba acostada en la cama
posando desnuda para que él la siguiese dibujando.
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