Empuja la noche hacía atrás y
te darás cuenta lo ridículo que resulta que los limones sigan en la nevara las
banderas de nacionalismos que buscan bronca y escupir fuego absurdo por la boca
paseándose en grupo como si la ciudad fuese suya mientras yo sigo abrigando que
la única independencia que merece la pena es la de nuestros cuerpos desnudos
tendidos sobre el sofá escuchando la discografía de los Beatles como quien
quiere agarrar un estado mental para volverlo un hogar un lugar habitable que
no se lo lleve el tiempo y no te extrañe que siga pensando que si seguimos
solos así jamás encontraremos la felicidad que una vez supimos de que se
trataba.
Saludos y gracias
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