Creía que detrás de las luciérnagas
que me encontraba por las noches podría dejar atrás está sensación de temor de
si las cosas no salen como uno pronostica bajo el terrible conjuro de la
obsesión. Como las mariposas que cazaba en los bosques de mi mente y luego no
sabía qué hacer muy bien con ellas. Querer borrar ese temor. Salir de la zona
de confort. Incluso no me acabaría
importando bailar con el diablo bajo la luz de la luna si esa fuese una posible
solución, y es menor en comparación el temor de si me mordiera y me convirtiese
en un monstruo que seguir anclado en esta sensación horrible de tener pánico
del exterior.
Dormir con la luz encendida
por si la gravedad se me caía encima... Como una losa... Como un bloque de hormigón...
y calaveras de un barco fantasma que me encontré una noche que me suspendí en
el campo magnético del temor por no saber cómo romper con la sensación de no
saber qué hacer con el futuro por caer bajo la ofuscación de los deseos que
están incompletos y perderme en sus mapas del tiempo.
Naufragar en la fatalidad del
presentimiento gobernado por el temor caer como si fuera objeto maniquí de una
maldita dictadura cadenas rejas y mucho miedo mucho miedo paisaje de terror una
ciudad desolada vías del tren destruidas montones de suciedad y pobreza
cubriendo las calles ratas y el doloroso olor de hambruna enfermedad
infecciones plagas letales tal vez el coste de no liberarse del temor y una
niña con ojos verdes sin miedo en su mirada y sonrisa de luna de plata vestida
con harapos que se cuela entre mis pesadillas y repite una y otra vez: sal de
este temor sal de este temor y si todavía no sabes cómo hacerlo cógete de mi
mano y yo te ayudaré.
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