“Exceso de melancolía mancha
las paredes rosa de la habitación, ¿pero así queda mejor, no?”
Trago orugas y busco crisálidas
cerradas (una vez más me repito como un estribillo que no estorba o que se
vuelve pegadizo) para abrirlas. Nuevos caminos que acepten unos pies descalzos
y cualquier tipo de zapatos menos los militares. ¿En qué piensas apoyada en
silencio contra la pared? Yo en vaciar mares y descubrir nuevos mundos que se
esconden tras ellos si pasan las horas y no ocurre ninguna cosa mejor, también
en si lloverá en la luna. Alguien abre jaulas y los pájaros (las personas) no quieren o no
saben salir. Por eso el sol llora y quema, por eso y porque últimamente todas
las estatuas son retratos de dictadores. Un cuerpo desnudo de mujer me recuerda
el placer que hay en el cigarro de después.
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