Te gusta ver el mundo a través
de los vasos de cristal o al menos así me gusta imaginármelo. Un día de estos
tengo que decirte tantas cosas que si quedamos tan solo para tomar un café no
será suficiente tiempo, porque bien pensado primero tengo que conocerte mejor o
sería más adecuado empezar a conocerte y luego toda una de las posibles vidas
que ofrece el abanico del futuro.
El jazmín trepa por tus
escaleras (esto también me lo imagino) se vuelve inquilino okupa de una de tus
habitaciones y tú en vez de rechazarlo lo cuidas, lo riegas, le hablas, le
escuchas, y no hace falta resolver ningún crucigrama de los domingos matinales
para saber que no solo le envidio, sino que ese sería una perfecta vuelta a la
civilización de alguien que fue durante un tiempo naufrago en las jaulas de
asfalto y en las tiendas que hablaban y hablan un idioma extranjero.
Saludos y gracias
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