El príncipe azul glotón por
naturaleza, devoró a la princesa cuando les presentaron para formalizar el
enlace arreglado entre ambas familias, nadie dijo nada, tan solo los allí
presentes mostraron en sus entrañas para que no se les viese en el rostro la
expresión de desprecio y horror de lo
que habían sido testigos, ni el rey comentó nada, tan solo se levantó y
aplaudió, aplaudió tanto que obligó a la reina a hacer lo mismo, y sus
súbditos, los que se encontraban en ese momento como público asistente en aquel
grotesco y goyesco encuentro entre príncipes azules y princesas de cuentos,
también comenzaron con sus palmas a rabiar en fuertes y rítmicos aplausos, tan
solo muy a lo lejos, muy a lo lejos, pero en la misma estancia quedaba el
llanto de la madre de la princesa, mientras su marido se veía obligado a
aplaudir en contra de la voluntad de ambos.
La niña le dijo a su padre
después de que este le diese un beso en la mejilla, otro en la frente y antes
de que apagase la luz de la lamparita. Papa espero que jamás un príncipe azul
me quiera invitar a una caja de bombones.
Saludos y gracias
No hay comentarios:
Publicar un comentario