Hay un calor que siempre es
fuego, un viento que descansa sobre tu espalda, un farol que alumbra las noches
heladas, un fin del mundo que todavía queda muy lejos, o al menos así lo dice
la música que suena, y la necesidad de sentir tu cuerpo para contar que hay
días que sucede que todo parece más hermoso sin importar lo que pase fuera. Que
no me incomoda dejar todo a medias, el libro que estaba leyendo, las últimas
notas que tomé para una nueva historia, si vienes para ayudarme a abandonar el
lugar donde no pasa nada que merezca la pena relatar, y nos proponemos sin más
descubrir un nuevo amanecer lleno de promesas que flotan por el aire, un café
de buenos días, que me acaricies la barba y me digas entre beso y beso entra
dentro de mí, de la misma manera que la belleza se cuela cuando menos lo
esperamos habitando el olvido y la soledad.
Saludos y gracias
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