Lo reconozco hay días que
estoy tan distante de ti que incluso yo mismo me asusto, me quedo en medio de
entre dos paredes esperando que se estrechen poco a poco. En cambio, hay días
que podría amarte todas las horas que quieras que tenga un día, treinta y dos, sesenta,
sesenta y cuatro. Días en los que no sé porqué quiero matar al destino,
romperlo en dos, asesinar a quien invadió el país de los sueños y los dejó
arruinados, en un estado de ceniza permanente. Pero, pero están esos otros
días, en los que solo quiero embriagarme con el trafico que hay en tus caderas,
quitarte todos los bichos y moscas que revolotean a tu alrededor y no te dejan
ver el diván que te tengo preparado para que seamos no únicamente felices, eso
es conformarse con tan poco, eso, eso es tan solo el principio de lo que nos
espera si me quieres escuchar y venir aquí conmigo sin pedir ni esperar nada a
cambio.
Pues claro...
ResponderEliminarUn beso.
Gracias :)
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