No nos quisimos, ni te quiso,
ni te quise, ni nos quisieron, ni nos quisiste. Fue todo un bulo. Un juego de
naipes vacio. Un apoderamiento del deseo explicito. Tan solo buscamos, carne,
sexo, fuego, manos, vaginas, pollas, pechos, piernas, coitos, entrar, salir,
sudar, fatigarse, extasiarse, ahogarse, respirar, ser, simplemente quedábamos,
nos encontrábamos para ser. Desde un principio iba implícito que no
funcionaría. No lo haría porque no había nada que hubiese que conectar, que
activar, tan solo se trataba de encontrarnos, de mirarnos en los espejos de los
otros, de que los otros se mirasen en nuestro espejo, de que nuestros cuerpos
no se sintiesen únicamente esclavos, solitarios, a esa costumbre servil del día
a día, sino que encontrasen otros cuerpos que como los nuestros, el mío, el
tuyo, el de él, el de ella, el de vosotros se agrupasen, se tocasen, se
besasen, se follasen, se vaciasen, se llenasen, en definitiva que se liberasen.
Saludos y gracias
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