JUNTOS DE POR VIDA



Algo extraño sucede. Lo que debería ser una mañana corriente deja de serlo. Abren los ojos a la vez, giran sus cabezas se chocan, levantan las sabanas y descubren una pesadilla, sus cuerpos se han unido, ahogan un grito, en ese momento de silencio sienten lo que es bajar al escenario de una película de terror y sentirse las víctimas de un maniático. ¿Qué ha pasado? ¿Qué ha sucedido?

No saben cómo maniobrar, él por inercia tira hacía su lado de la cama lo que provoca que arrastre a ella, ella hace lo propio, inmovilidad, falta de conjunción, derrota, sumisión. De nuevo el silencio horrible que les arrastra hasta la película de terror, el miedo les sube lentamente por las piernas, sudan, la tensión comienza hacerse insoportable. Es ella quien arranca la piel de esa pesadilla volviendo a la nueva realidad que les ata, les une, ¿De por vida?.

Esto es culpa tuya por desear el otro día que fuésemos uno para siempre. Él responde sin argumentos, porque no hay argumento al cual responder, no hay lógica que explique lo sucedido, no hay nombre para lo sucedido, gritan, chocan cabezas, se agobian ser uno parte del otro, el pie de izquierdo de él es el suyo pero el derecho le pertenece a ella, lo mismo ocurre con el resto de extremidades, lo admiten, no hay otra salida, no quieren bajar de nuevo al infierno, hace demasiado calor, por eso lloran.

La adaptación a ciertos medios no es fácil, a veces lo es, pero su caso no es uno de esos, todo resulta demasiado complicado, incluso enfermizo, lo hacen todo juntos, como si fuesen uno. Mean, defecan, cocinan, hacen la compra, se acuestan a la misma hora, llevan la misma ropa, comen al mismo tiempo, van al mismo trabajo, y el sexo lo que antes les hacía envalentonarse, disfrutar, sentirse figuradamente unidos como nunca lo habían sentido con otras personas ahora resulta extraño, falto de interés, cubista, abstracto, incomprensible.

Se miran y se odian. Él a ella, ella a él, él a él, ella a ella. La convivencia resulta inestable, como un terremoto continuo, no hay espacios propios, no hay intimidad o mejor dicho hay un exceso de intimidad, no lo hablan, resisten y sobreviven en silencio, en conversaciones banales y los únicos instantes que les da una felicidad ficticia es cuando quedan con otra gente o se embriagan y dura el efecto en la sangre, luego al día siguiente la resaca es como una guadaña que está ahí a milímetros, pudiendo oler su acero, saborearlo, sentir el deseo de que haga su trabajo pero no corta.

  Al final solo encontraron un camino para estar juntos de por vida y no acabar el resto de sus días odiándose y acabar perdiendo para siempre todo lo que les unía, todo los sueños, caminos, promesas que se juraron que recorrerían juntos, fue una mañana como cualquier otra dentro de una vida que hacía tiempo que había dejado de ser corriente para ellos, se fueron a una licorería donde compraron todo el alcohol más fuerte que tuviesen, después a una farmacia de la cual se llevaron todo lo que pudo ser posible antidepresivos, antiinflamatorios, antibióticos, y cuando llegaron a casa brindaron una y otra vez por un futuro mejor en cada mezcla explosiva que engullían llenas de alcohol y pastillas, eso sí lo que queda en la memoria es que nunca brindaron por una vida mejor donde cada uno fuese por su parte, si no lo que se encontró en una nota: "juntos pero no siendo un único ser"

Saludos y gracias

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