Las farolas se agarran al
asfalto como las raíces de los árboles a la tierra. Hoy te has levantado con
dos burbujas en los ojos. No sabes si eran de sal o de lágrimas disecadas. El
cielo gris te recuerda que en algún sitio hay lugares mejores (más alegres). Te
pones el vestido que recibiste envuelto en papel de regalo cuando papa Noel
(que siempre iba borracho por esas fechas) todavía se acordaba de ti. Te
empiezan a cansar las luces de navidad, y te dices a ti misma que el año
próximo, cuando la tierra haya vuelto a dar una vuelta entera otra vez al sol,
te llevas a tu chico (si tienes alguno por entonces) a pasar estas fiestas a un
burdel. Te jode no poder recordar el nombre de una canción que te mostraron
hace un par de noches de Leonard Cohen que te hizo pasear sujeta del brazo de
la nostalgia y sentirte segura. Como te ocurre en estas fechas no puedes
quitarte de la cabeza el día que siendo una niña tus padres decidieron
abandonarte (delante de un árbol de navidad con luces de colores) porque no les
gustaba como les mirabas. Estás segura que ese maldito árbol no se aferraba a
nada.
Saludos y gracias
No hay comentarios:
Publicar un comentario