Cuando estás deprimida te
gusta ponerte videos donde salen muestras de afecto de desconocidos, e
imaginarte dentro de esas casas que salen en algunas películas donde parece que
exista un mundo sin problemas, y te preguntas en cual de tus otras vidas eres
decoradora de interior y que nacionalidad tienes, ¿tal vez francesa? para poder
pasear por París siempre que quieras, eres una aficionada a los clichés y
reconoces no poder dejarlo. También las conversaciones en los bares con hombres
maduros que no te conocen de nada y te invitan a una copa porque te han notado
atractiva y prefieres no saber si están o no están casados, de la misma manera
que no quieres contar que dejaste escapar al hombre que más bueno había sido
contigo nunca, y todo porque le dijiste que no sentías lo mismo que él sentía
cuando lo cierto era que en ese momento de tu vida todos tus problemas eran que
estabas confusa contigo misma. No olvidemos a los jóvenes que no rechazas y
hablan como si lo tuviesen todo claro, además que el sexo con ellos te divierte
porque son en cierta manera como un juguete entre tus manos, te hace sentirte
que tienes el control, y de vez en cuando eso hace que desaparezca la fragilidad.
Pero si todavía nadie te lo ha
dicho déjame que sea el primero, tus ojos parecen tristes cuando sonríes, y si
crees en el azar tengo una teoría de donde se encuentra, detrás de un buen
trago de cerveza y si tienes ganas de hacer un ejercicio empírico acompáñame y
compruébalo por ti misma que no ando muy equivocado.
Saludos y gracias
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