No he oído que han llamado a
la puerta. Porque no hay puertas. De noche la duna y una calle a oscuras se parecen.
Los ojos sinceros de las farolas están apagados. Quiere dejar de fumar pero
no puede porque no tiene nada que
perder. La llave, una simple llave puede ser una simbología de libertad.
Se ha mal acostumbrado a oler
su propia dermatitis. A calzársela todos los días aunque le siente mal, le haga
daño, y le quede mal. A oler su propia mierda. No, no la consigue domesticar.
Como un buzón herido porque no recibe la carta.
Un cambio de vestuario urgente
o seguir metido dentro del tren de la bruja.
Si te hubiese oído, te hubiese
abierto encantado. Hubieses entrado si hubiese puerta que llevase a algún lugar
(sin dermatitis ni trenes de la bruja = cuasi perfecto) y si todo hubiese ido
como nos hubiese gustado que fuese te hubiese dado un juego de llaves para que
jugásemos a sorprendernos.
Saludos y gracias
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