Desidia de que una vez más hablen
en la hora de la sopa sobre que todo anda muy jodido, o de maquiavélicos, y no
aparezca ninguna sonrisa, ninguna luz en ese callejón sin salida. De ver ojos
pendientes al acecho del lugar donde surgirán las próximas lagrimas del dolor,
cuáles serán las noticias tristes que harán de pendiente estropeando el hermoso
paisaje de la llanura, de la carretera a nivel del mar (con su trazo
hermosamente imperfecto por disimular tan bien su perfeccionismo) que no lleva a
ningún lado, pero hace avanzar, sentir, vivir, componer, ser... Desidia de no
poder verte, no poder hablarte y no poder agarrarte de la mano y decirte ven
conmigo que te voy a mostrar donde vivo yo y no los otros.
Saludos y gracias
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