Tenías razón la mejor opción
era quedarse en casa dejar que me envolvieses con tu pelo recién salido de la
ducha girases con tu llave mi puerta y entrases dentro de mí con cuidado y sin
miedo y también sin palabras en el cenicero estuviesen descansando dos cigarrillos
para prenderlos para el después me besases la barba te quedases apoyada sobre
mi pecho escuchando el ruido de los autos de afuera sin importarnos sus prisas
o si sus ansias acabarán haciendo que todo arda antes de lo que anuncian las profecías y viésemos rebotar la
lluvia contra la ventana ya no había la necesidad de salir afuera a mojarnos
buscando amargamente agarrarnos a lo que fuese.
Saludos y gracias
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