- Ya no somos lo que éramos
Mira su agenda no tiene nada
para hacer. Se sienta en el bordillo de una acera. No sabe si observar fumando
o primero salir la calle y hacer todo eso que se le pasa por la cabeza. Dejarse
caer en una cafetería tal vez, tal vez, y escuchar el ruido de las cafeterías,
o irse a un zoológico y sentir el frío de la tristeza de los animales
enjaulados. Entrar a un museo y escribir su número de teléfono en alguna pared
que esté en blanco.
Oye el ruido de una botella
abrirse, comprueba el móvil y se da cuenta que tiene pendiente desde ese
instante el mensaje de un número desconocido que pone lo siguiente: "Tiene
razón, ya no somos lo que éramos".
Saludos y gracias
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