HÁBLAME DE LA GUERRA


Háblame de la guerra mientras unos insensatos tratan de nuevo alimentar a Dioses. Dentro de sus arquitecturas y con palabras para sus feligreses.

- Hoy no te vi

- No había necesidad- Te escucho.

Háblame de la guerra otra vez mientras no se ponen de acuerdo porque como estatuas de autócratas donde tarde o temprano correrá la sangre impera sus razones.

- ¿Qué harías para que fuera tuya para siempre?- Preguntas.

- Nada que me perjudicase- Te giras y te vas. Luego vuelves, te sientas en la mesa, pides vaciar copas y observar la decadencia a través de la existencia de las palomas de ciudad.

Háblame de la guerra y de los zapatos rotos, lo que oculta la crueldad de la industria textil mientras jamás desearemos sentir qué es guerra o las heridas de las rosas antes de ser marchitadas.

- No sé porque estoy aquí. Pero quiero, quiero decirme que quiero realmente estar aquí contigo, hasta que el mundo se vuelva todavía más tóxico de lo que es a ratos y no pueda más y deje de hacerlo- Dices y callas

Saludos y gracias


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