"Jamás seré padre, porque
supongo que a mi hijo o hija los querría tanto que al intentarlos proteger no
sería capaz de decirles todo lo que no tienen que hacer, todo lo que deberían
hacer, porque me recordaría todo lo que he hecho mal en esta vida, todo de lo
que me arrepiento, y no lo soportaría"
Y ya no hablamos más, no hacía
falta, brindamos de vez en cuando, en silencio, solo hablaban las miradas, las interiores, las de entre nosotros, las de refilón a alguna mujer guapa que asomaba por la barra y
nuestra existencia no entraba en su ecosistema, a las palmadas en la espalda, a
los abrazos, a que la gente se fuera, a que nos quedáramos solos y el barman
que tenía que cerrar nos echara.
Afuera nos despedimos, él se
fue por su lado con sus demonios y yo me fui en el opuesto con los suyos y los
míos, con la rabia, la borrachera, y las ganas de cambiarlo todo, las ganas de
cambiar tantas cosas que ojalá no hubieran sido como fueron.
Saludos y gracias
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