EXTREMIDADES


Ha llegado hasta mis extremidades una vez más noticias de ti. Otra vez vuelves sin avisar, apabullante, te presentas como si cualquier concesión, suplica o piedad hubiera que pedírtela de rodillas y postrados ante ti.  A cambio, que nos darás, lo sé, falta de pan, agujeros en el alma, escombros y suciedad que marcarán con sangre las líneas que forman tu ser, tu cuerpo maldito, ahí donde te regocijas viendo como tratamos de huir de cada átomo, de cada célula que componen tu arquitectura y que con tus bocados salvajes nos atrapa y nos devora. Lo peor, lo peor es cuando no nos matas, cuando nos dejas alienados a las cuencas de ojos vacíos siendo de esa manera títeres de tu desnudez, o los que confundidos por tu atracción te rinden pleitesía e ingenuamente creen que se pueden aprovechar de ti y conseguir algún beneficio de sacarte a pasear los días en los cuales sus egos como buenos feligreses oran en tu nombre. 

Ahora me doy cuenta, el olvido no fue ni será suficiente para que te vayas para siempre, por eso, quiero pensar que tal vez haciéndote el amor así verás lo hermosa que es la vida, y al fin dejarás de ser lo que eres.

Saludos y gracias     

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