¿Realmente sabes quién eres,
dónde estás, qué hora es, que tocas, que hueles, que ves, que oyes, que
respiras, que te duele, que extrañas ?
Ven, sin miedo, cógeme de la mano y acompáñame. Ponte
cómodo. Si me permites que te aconseje, lo haría diciéndote que te prepares
algo que sea de tu agrado para beber, e incluso si tienes apetito lo mismo. No
hay prisa, puedo esperar. Es más, todo puede esperar. Es bueno aprender que
tenemos siempre a nuestra disposición el tiempo. No al revés que es como
solemos comportarnos, y de ahí las tragedias.
Lo que te quería comentar; realmente crees que el
recuerdo que tienes de tu primer beso, fue ese tu primer beso, y si lo fue, fue
con la persona que dibujas en tu mente, de la que hablas cuando en alguna
conversación sale a colación ese tema. Te hablo del primer beso, como si
habláramos de la primera vez que viste el mar, o que volaste una cometa, o te
subiste en un avión, o desgraciadamente un sistema en quiebra te obligo hacer
un primer examen de muchos que luego seguirías haciendo porque creen que a
través de aprobar exámenes se educa y se aprende. ¿Educación de qué?
¿Emocional? (Nótese modo ironía activado). Pero no, no nos desviemos que nos
vamos por las ramas. Este árbol más antiguo incluso que los sumerios tiene
muchas ramas por las cuales enredarnos, perdernos, encontrarnos, jugar al
escondite. Te veo, ya no me ves. ¿Pero te ves en algún momento? Ahí, ahí es
donde quiero llegar. ¿Lo vas pillando o volvemos a las raíces y tratamos de
volver a crecer, de volver a ser o
descubrir lo que ya somos y desconocemos?
Por ejemplo; en teoría yo soy Cadmio, y se
supone que tengo conmigo como acompañante a un perro llamado Libre. Ahora mismo
eso es lo que hay, las otras personas que alguna vez se cruzaron por mi vida,
algunas siendo bastante importantes y con las cuales creía que construiríamos
cosas, ahora no están, no son más que recuerdo, pero incluso no todas ellas son
recuerdo, es como si las hubiesen borrado, como si hubiesen decidido que no
pertenecían aquí, queda Katida, sí, es cierto queda Katida, pero realmente
katida es Katida, es decir es la Katida con la cual pasamos un tiempo juntos y
todavía sigo impregnado de dichas emociones. Porque hace tiempo que no hablo
con ella. ¿Cuánto tiempo? No podría contabilizarlo.... Porque una hora es tanto
tiempo como cinco años o cinco semanas, da igual solo sé que hace tiempo, no,
hace mucho tiempo que no hablo con ella. ¿Ves? Cómo cambia todo, antes te he
dicho que hace tiempo que no hablo con ella, y un instante después que hace
mucho tiempo que no hablo con ella. ¿Ves a donde quiero llegar? ¿Lo ves? ¿Me
ves? ¿Te ves? ¿Qué tal se te da jugar al escondite? ¿Es divertido?.
Subamos a un árbol para tener una perspectiva
diferente, rápido súbete a un árbol. No, no, por favor no, no me vengas con
esas de que no tienes un árbol en tu casa, y de que nunca has trepado un árbol
y tienes miedo a las alturas, y que no eres Tarzan. Yo no soy Chita y puedo
hacer el mono. En tu casa tienes lo que tú quieras, un árbol, un billar, o
incluso si quieres una piscina, sí, como lo oyes una piscina. Si crees que
estoy loco, lo dejamos, así no sigo yo, ¿entiendes? Si cuando abres los ojos
después de haber contado hasta cien tienes miedo de ir moviéndote y ver lo que
descubres, lo que te encuentras, lo siento, pero para eso siéntate en el sofá
que sí aseguras tajantemente que tienes, coge el mando que aseguras
tajantemente que tienes, enciende la televisión que aseguras tajantemente que
tienes y ponte a verla, pero no cuentes conmigo.
¿Ya ha pasado? Ya estás mejor, es normal, tranquilo,
te lo he dicho al principio, cógeme de la mano y confía en mí. Volvamos a
aquello de que soy Cadmio, ¿Pero qué significa que yo soy Cadmio? Abramos el
mapa para que me entiendas, yo, es decir Cadmio creo que sé la vida que he
tenido, las experiencias que he vivido, a lo que me he dedicado, mis aciertos,
mis fracasos, etc.... Vale, hasta aquí es fácil, no necesitamos brújula. Es
como mi comportamiento, tengo una forma de ser, un carácter, incluso un físico,
claro, no olvidemos la carne, el cuerpo. Vale, pero que pasa si te digo que yo
como Cadmio me he dedicado a trabajar toda mi vida de administrativo, hasta ahí
bien, incluso puedes puntualizar: como muchas otras personas. Exacto, un
trabajo normal y corriente, que cumple a la perfección con el oficio del
sistema, es decir marionetas que no dan problemas. Ahora viene la marejada,
pero que sucede si te digo que todo eso no es del todo cierto, o sea es verdad
y mentira a la vez, que no soy administrativo y que lo que soy es domador de
leones, lo sé, lo sé, mi físico y mis pintas no están muy acordes a ello, pero
que le vamos hacer, tú puedes pensar que estoy jugando contigo, que me estoy
riendo en tu cara, te enfades y te vayas de un portazo y no nos volvamos a ver
nunca más. Si alguna vez nos hemos visto.... ¿Ves cuantas ramas tiene este
árbol más viejo que los sumerios?
A lo que voy, sí, toma la brújula, te la presto. Hoy
soy Cadmio y administrativo, pero mañana puedo ser y haber tenido una vida como
Cadmio domador de leones, o Cadmio asesino en serie, o Cadmio cocainómano, e
incluso no tengo por qué ser Cadmio, puedo ser perfectamente otro nombre, puedo
ser Estroncio, o puedo también tener otro nombre más "normal" y no
uno que se trate de un elemento de la tabla periódica, o no tener nombre y
vivir en un mundo sin documentos de identidad ni nombres y, ser él y ella ser ella, quizás
así esté más cerca de ser yo. ¿Ves a donde quiero llegar?.
Saludos y gracias
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