No sé, no quise entrarle muy
agresivo, por eso antes de decirle me encanta el olor de un cuerpo desnudo
después del sexo, pensé que sería más adecuado decirle algo que llevaba con
tiempo y con ganas de quitármelo de encima, sacarlo afuera, a ver qué ocurría,
si traía nuevos trenes a los que subirse para recorrer nuevas aventuras, segundas
oportunidades, o la estación seguía vacía y oliendo a tristeza. Así que se lo
solté sin más: Me pareces tan logística que me encantaría que te encantase que
te invitase a cenar. Funciono preguntas, no sé carajo, tú sabes, quizás se rio
porque no era de aquí, es extranjera, pero no extranjera de otro país, es decir
no es de acá, es de allá, de allá, de allá, entiendes lo que te quiero decir.
¿Qué como acabé aquí a dónde me encuentro ahora mismo?
¿Te han dicho alguna vez que la tuya es la de ir
jodiendo al personal? Ahora que andaba a contarte algo lindo, algo que no tiene
fronteras, ni aranceles, ni aduanas, ni tipos de interés, ni impuestos, me
quieres obligar a que me sienta obligado a bajar a tu sucia realidad y ande por
ahí un rato y te hablé desde ahí. Eres un cagón. Al orto te mandaba a ti y a
los que son como tú, a que respiréis a gustito lo del orto y no andéis jodiendo
como andáis jodiendo al personal.
Ya, ya, que responda o me vuelves a sacudir con el
bicho ese que suelta voltios o la madre que le parió a la electricidad o vete a
saber qué. No sé si lo que me ha llevado aquí ha sido el hablar con alguien
extranjero pero no de otro país, es decir no de acá, sino de allá, de allá, o
la otra conjetura sería que en la finca en la cual ansiábamos rodar una
película y hacernos con las minas del rey Salomón, corríamos serio riesgo de
incumplir los requisitos necesarios para no ser primero denunciados, segundo
censurados y finalmente desahuciados, debido a ser tachados de homófobos,
racistas o primos hermanos, suficiente para que te expulsen de una plataforma
de streaming o de un edifico entero. Como el deseo era no ser despachados, por
eso éramos los siguientes: Había una pareja de negros con sus hijos de 8 y 5
años respectivamente, había un coreano (de la Corea buena ¡por supuesto!) que
hablaba coreano y otro idioma quizás de allá, quien sabe, pregúntele por el que
dirá y por las moscas, había una pareja de caucásicos, y no amordazaban a nadie
ni estaban amordazados, muy simpáticos, de la misma manera que lo eran los
negros y el coreano, había un nórdico soltero pero sin pinta de haber sido
vikingo, lo cual nos obligo a hacer ciertos cambios en el guión, dos amigos
eslavos, que también con eso de las barbacoas en la terraza comunal, y con eso
de que amenizaban las tertulias (en las cuales nos entendíamos como se
entienden una rana y un perro con el ladra que te ladra y la otra con el croa
que te croa) también acabaron siendo amigos como algo global y no solo algo
territorial. No olvide lo anterior, que debería haber sido bola ganadora y
partido eso de las barbacoas comunales y las tertulias y el buen rollito, a lo
bailábamos y fumábamos la música y la planta de lo políticamente correcto y cuando
ustedes decían que dijéramos beee, decíamos beee, y cuando ustedes decían que
cantásemos beee, cantábamos beee. También como no podían faltar había
sudamericanos, mestizos, nativos, y para que no viniese alguien de su
departamento con ganas de denunciarnos o censurarnos o apagarnos o
desahuciarnos también había gente gorda, gente flaca, gays, lesbianas,
transexuales, hermafroditas, mujeres y mujeres feministas, hombre y hombres no
machistas, niños y niños con el azul como su color favorito y los coches como
su juguete preferido, niñas y niñas con el rosa como su color favorito y las
muñecas como su juguete favorito, e incluso por si se encontrase alguien
quisquilloso en su departamento habíamos encargado un hobbit, un elfo y un enano.
Por si nos dejábamos algo o alguien, por lo cual dudo que dicha conjetura fuese
la que me ha traído aquí y no sé qué cojones ha provocado que esté donde estoy que
es donde no quisiera estar.
¿Qué dice que no me queje que no es para tanto? Usted
se cree que porque me den tres veces de comer al día en cantidades copiosas y
con variedad de elección en el menú, tenga un piso para mí solo de más de 60
metros cuadrados con su cuarto de baño, su salón, su dormitorio, todos los
canales, películas y series imaginables, una más que digna conexión a internet,
videojuegos, los libros que quiera, todo tipo de ocio que guste saciar, tres
horas al día para salir a un amplio espacio donde poder hacer algo de deporte,
pasear, incluso sentarme en un sitio y tomarme una cerveza, manteniendo
prudencia y distancia en las relaciones naturales, hasta que después de ser
observado detenidamente por vuestro ministerio del Cupido, quien sea por
entonces ministro de dicho ministerio acepte y de por bueno y por aprobado la
opción de un posible acercamiento y desarrollo social con otro ser humano que
le haya puesto ojitos o me haya puesto ojitos o nos hayamos puesto ojitos,
dejando vuestra inmensa generosidad también a que ese desarrollo social de paso
a un desarrollo físico para una posible futura copulación para que la especie
no sea extinguida del todo y los robots encargados de las guarderías puedan ser
funcionales. Queréis que acepte sin rechistar que todo eso es suficiente,
suficiente para toda una vida y que me calle o me taparan la boca con baile de
San Vito incluido si me excedo en mis quejas.
Saludos y gracias
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