LA ESPERA

Son las doce horas, un minuto y quince segundos. Llega tarde, han quedado para tomar una copa antes de que comience la sesión golfa, y él comienza a desesperarse, anda calle arriba y abajo una y otra vez, ella no contesta a sus llamadas, aguanta el tono hasta que le salta el maldito contestador, no reprime algún grito acompañándolo con gesticulaciones que asustan a los viandantes, no sabe qué hacer, hasta que es lo suficientemente tarde y se deja arrastrar a un bar de mala muerte. Lo que él desconoce es que ella nunca volverá, ha marchado junto a Peter Pan al país de Nunca Jamás.

3 comentarios:

  1. Pues anda que no va a estar bien ahi!...
    Seguro que muchos si pudieramos nos hiriamos con Peter Pan al pais de nunca jamas...jjaa.
    Breve pero intenso,como la espera,me gusto.
    Un abrazo.

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  2. Parece un poco prepotente decirlo, pero ella se lo pierde. Para siempre.

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